HISTORIA DE LA VIDA ETERNA
…….a manera de tesis
…………. el principio
--el primer Ser vivo QUE EXISTIÓ……
…..no fue concebido y no nació, no estaba en él
la muerte, pero por un error comió su
Muerte…….
…… y somos sus descendientes.
Nosotros somos concebidos y nacemos y vamos a morir.
Y a esto vino Cristo Jesús, a restituirnos esa vida
Eterna que por derecho nos corresponde.
Esta es la historia…………..
Í N D I C E
Página
PRÓLOGO. 1
Capítulo l.
El Primer Ser Vivo que existió en la Tierra 2
Capítulo ll
La Vida Eterna según la Biblia Judeocristiana 4
EPÍLOGO. 19
El Rompecabezas divino.
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PRÓLOGO
La Historia de la Vida Eterna se encuentra narrada en forma escrita en la Biblia Judeocristiana. Narra la aparición del primer ser humano que existió, siendo eterno y el porqué perdió la eternidad; el devenir de la humanidad en modo mortal y el camino natural para recobrar esa eternidad.
A los primeros cinco libros de la narración se les conoce como el Pentateuco, fueron escritos por Moisés, el primer caudillo y juez del pueblo de Israel. La narración comienza con la creación del primer ser humano, que, a diferencia de todos los demás seres humanos, no tuvo progenitores, no fue concebido y no nació, esta es la particularidad del primer ser humano creado por Dios que lo hace ser eterno.
Es por esta razón que iniciamos está historia con algunas reflexiones en relación a ese primer ser. Por lo que debemos tomar como punto de partida la ley natural de vida del ser humano; para así evitar divagar sobre formas de vida que no existen y que tendríamos que inventar; nuestra vida ya está dada y es privilegio de cada uno de nosotros transmitirla o no a nuestros hijos y así sucesivamente.
Nuestra vida, ésta que conocemos, está íntimamente vinculada a la vida del primer ser vivo que existió, necesariamente somos sus descendientes, sofisticadamente evolucionados, dicen algunos, pero de cualquier forma conservamos su esencia genética, por lo que en todo caso, resultaría posible retomarla.
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Capítulo l
El primer ser vivo que existió en la tierra.
Veamos, la ley natural de vida del hombre es, “Ser concebido, nacer, crecer, multiplicarse, envejecer y morir”, necesariamente todos los seres humanos pasamos por este proceso, aunque no todos logramos superar todas las etapas. Pero lo que sí es otra verdad, los que ya han pasado por el primer momento, necesariamente tendrán que pasar por el último, ser concebidos/morir.
Pero lo interesante de esta reflexión es que no siempre fue así, es decir, en el principio no pudo ser así; el primer ser vivo, sí, el primer ser vivo que existió en la tierra, necesariamente no pasó por este proceso, no fue concebido y no nació, no tenía por qué, no tuvo progenitores, luego entonces, no iba a morir, obvio. Es decir, no pasó por el primer momento del proceso de vida, no pasaría por el final. No nació, pero si existió. La prueba palpable somos nosotros sus descendientes. En este mismo sentido, podríamos considerar que el primer ser es Dios, también no tuvo progenitores, evidentemente no fue concebido y no nació, pero necesariamente si existió, fue el primero y origen de nosotros.
A este argumento lo he de denominado: “El argumento del Ombligo”, todos nosotros tenemos ombligo, Adán y Eva no tuvieron ombligo, porque no nacieron, no iban a morir.
Dicho de otra forma, antes del principio la muerte no existía, primero necesitaba existir la vida mortal, ser concebido, nacer y morir. Y si el primer ser vivo no fue producto de este proceso, la razón nos grita que éste ser no moriría y no ha muerto, DIOS. ¿Cómo comenzó a existir, no lo sé, yo no estaba ahí, lo que sí sé, es que soy su descendiente y de Él nos viene la Vida Eterna.
Ahora, así en frío, pensar en vivir eternamente siempre ha sido un sueño del ser humano. ¿Por qué morir? ¿Por qué no prolongar nuestra vida por siempre? creo qué si pudiéramos, lo haríamos. De hecho, en la antigüedad los alquimistas lo intentaron buscando el “elíxir de la vida”, es evidente que no lo encontraron. En tiempos modernos la ciencia médica y ramas afines están abocados en prolongar la vida, algo han logrado, alargar el promedio de vida, pero no es suficiente.
Pero la realidad es que la vida eterna siempre ha existido, la hemos tenido frente a nuestros ojos pero no la habíamos visto. Y es que la ciencia está imposibilitada de descubrirla, porque es un principio, y a éstos solo se llega por medio de la razón, sí, la filosofía.
En un tiempo de mi vida tuve la curiosidad de conocer la verdad, sí, aquella a la que nos referimos como la “Verdad Absoluta”. Comencé por preguntar a mis amigos y conocidos, que para ellos cuál era la verdad y leí algunos libros de filosofía, nadie pudo darme una respuesta concreta. Hasta que en una ocasión pude contactar al escritor y catedrático italiano Carlo Coccioli; me contestó con una perorata como de 20 minutos sobre la historia de la humanidad y al final me
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dijo, “Creí encontrar la verdad en la Biblia, la leí detenidamente y no la encontré, pero para mí, la verdad es que el hombre nace, crece, se multiplica y muere”.
Esta fue su respuesta, la única respuesta relativa a la verdad, quedé decepcionado, no le hallaba ni pies ni cabeza, pues al fin y al cabo es la ley natural de vida del hombre. Anduve rumiando esta única respuesta algunos años, hasta que se me ocurrió enfocarla, digamos a la inversa. Si esto es así, quiere decir que “Aquel, que nunca es concebido y que nunca nace, nunca va a morir”, obvio, es evidente racionalmente hablando.
De esta forma es como comienza la Historia de la Vida Eterna, con esta realidad, la Vida de Origen es Eterna. No pudo ser de otro modo.
Sabemos por la narración en la Biblia, como fue que él segundo ser vivo adquirió la vida, y podemos asegurar con exactitud cuáles eran algunas de sus particularidades.
No fue concebido, no nació, no iba a envejecer, no iba a morir, el tiempo no estaba en él, solitario, sin una misión específica, sin instinto de conservación, no tenía necesidad de reproducirse, etc. Sin embargo, murió y nos heredó la muerte.
Y esto a todas luces es una injusticia, porque tenemos en nuestra esencia la eternidad, procedemos de lo eterno. Pero ese primer ser, sin saberlo, nos dio por herencia la muerte. Y con base en esta reflexión podemos asegurar que el primer Derecho Humano es el Derecho a la Vida Eterna.
Ya lo decía Platón: ‘Las verdades eternas se encuentran contenidas en el alma'
Ante esta evidencia racional, resulta que no es una utopía anhelar la eternidad, es nuestra esencia.
Ya en el medioevo los alquimistas trataron de hallar el Elíxir de la Vida, es evidente que no lo lograron. Pero lo intentaron, equivocaron el camino.
La ciencia médica y ramas afines buscan algún camino para encontrar la eternidad, pero para lograr esto, es necesario que se detenga en algún punto de su proceso la Ley Natural de Vida; nacer, crecer, envejecer, se antoja difícil. Este sería un camino artificial (producto del hombre).
Debe haber otro camino natural no artificial. Porque el modo en que el primer ser perdió la eternidad, fue natural, no artificial. Entendido por artificial que es fabricado por el hombre. Hasta donde yo conozco, el único escrito que trata sobre la vida eterna de principio a fin, se encuentra en la Biblia judeocristiana, en donde se narra la vida de Jesús el nazareno judío de nacimiento, quien es el único hombre en la historia de la humanidad, que promete restituir la vida eterna, esa que perdió Adán. 4
CAPITULO ll
LA BIBLIA judeocristiana
LA VIDA ETERNA
La Biblia se divide, digamos, en dos apartados:
Antiguo Testamento: Con 46 libros, que inician con el Pentatéuco, que narran desde la creación del universo, la creación del primer hombre, la formación de la humanidad, el nacimiento del pueblo de Israel, las guerras continuas contra otros pueblos, la conquista por Roma, todo esto en contexto de vida Mortal a excepción del primer hombre que en un principio era inmortal.
Y el nuevo Testamento que consta de 27 libros y que narran desde la llegada de Jesús el mesías a Israel, su palabra, sus acciones, que se centran en la Vida Eterna.
Ya es muy conocida la vida de Jesús, el personaje más importante de esta historia, por sus declaraciones sabemos que estuvo presente desde el principio, se sobre entiende por qué, siendo Él la voz de Dios, el Verbo de Dios, intervino directamente en la creación del universo y de Adán a quién le transmitió la vida en modo eterno; Juan el apóstol lo corrobora precisamente al principio de su evangelio: “En el principio era Dios y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios”. Jesús pues es la voz de Dios, es como tú voz, como mi voz. Mi voz soy yo, tú voz eres tú.
Y así comienza la creación………: (Dios, lenguaje, palabra, universo, hombre, en este orden):
En el principio, el Espíritu de Dios se cernía/ aleteaba sobre el abismo.
………..Y dijo Dios: “Haya luz” y hubo luz. (Jesús es la Luz.)
En el principio pues estaba Dios y su voz, es evidente que cuando Dios expresó sus primeras palabras comenzó a existir Jesús.
Juan el apóstol lo expresa de esta Manera:
“En el principio era el verbo y el verbo estaba con Dios y
el Verbo era Dios” “ Vino un hombre enviado por Dios,
que se llamaba Juan, él no era la Luz, era testigo de la Luz” (Jn)
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Antes de la creación propiamente dicha, no existía el lenguaje. Creó el Señor Dios primero la Sabiduría y ésta el lenguaje, que sirve para distinguir cada cosa.
Cada palabra tiene pues su expresión sonora. Se entiende pues que cuando el Señor Dios expresó sus primeras palabras, comenzó a existir Jesús. Jesús es pues la palabra de Dios.
En este momento es cuando se da el Principio de principios, lo que se conoce como el Principio de Entropía. El principio con un orden más que milimétrico.
Así es como comienza la historia del universo y de la vida eterna en la tierra, “Ahora hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”, es la voz de Dios en el primer libro del Génesis. Y Adán fue formado del barro de la tierra y Dios le dio el soplo de vida (le transmitió su vida), Adán pues no fue concebido y no nació, no iba a morir. Es así, porque recibió la vida de quién la tiene en modo eterno. Así comienza la vida de Adán con una verdad. Eva tampoco nació, no iba a morir. Eva no recibió directamente el soplo de vida de Dios, sino recibió la vida de una costilla de Adán, podríamos decir que fue clonada. Se sobreentiende por qué al unirse un hombre y una mujer producen un nuevo ser.
“……y Adán la llamó Eva porque fue sacada del hombre”
Y continúa la narración del Génesis: “Eva fue engañada y desobedeció y los dos perdieron la inmortalidad”. Comió y le dió de comer a Adán el fruto prohibido y entró en ellos la muerte (de forma natural, comiendo). De esta forma es que apareció la muerte en el hombre. Según la narración esta es la causa de que todos los descendientes tengamos que morir, esta es pues la razón.
A partir de este momento, ya siendo mortales son expulsados del paraíso y como iban a morir era necesario que se multiplicaran, dando paso a la humanidad, en donde ahora sí da inicio la ley natural de vida, “ser concebidos, nacer, crecer, multiplicarse y morir”.
De acuerdo a la narración, a partir de ahí entra un período de vida mortal, ya saben, Enoc, Matusalem, Seth, Caín, Abel, la torre de Babel, Noé, Sem, Cam, Jafet, el diluvio, Abraham, Lot, Melquisedec, Sodoma, Sara, Isaac, Jacob, la creación de Israel, José y sus sueños, Egipto, jueces, Samuel, Sansón y Dalila, David, la alianza eterna, Betsabé, Salomón, profetas anunciando la venida del mesías, reyes, guerras y más guerras, Elías, Eliseo, el carro de fuego, la viuda de Sarepta, Naamán el sirio, macabeos, los 7 hermanos sacrificados, la conquista por Roma, Jerusalén, Caifás, Anás, el sanedrín, fariseos, saduceos, hay o no resurrección, Sabiduría, Salmos; la inminente llegada del mesías, todo este lapso abarca el antigüo testamento, con 46 libros, los mencionados son solo unos
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cuantos. Todo en modo de vida mortal. En tiempo se estima que son entre 1500 a 700 años a.c. desde Moisés.
En este momento es necesario enfatizar que Dios desde siempre se reservó el derecho de anunciar por Él mismo cualquier información sobre la vida eterna, ningún juez, profeta, rey, o ungido en todo el antigüo testamento, ni aún el mismo Juan Bautista tenían conocimiento sobre la vida eterna. Está es la buena nueva, la gran noticia que trae Jesús. El mesías llega trayendo la paz y la vida eterna.
En todo el antiguo testamento no hay promesa de eternidad. Dios permanece callado, es el Dios de los ejércitos, el Dios de la guerra, el Señor Sabaot, el que lucha a favor de su pueblo Israel. Es un Dios humanista, cuida a su pueblo, lo protege. De hecho la circuncisión y el separar a los leprosos, es un acto de higiene para mantenerlo sano, para que tuviera calidad de vida. La gente cumplía su ciclo y moría. Excepto tres personajes preferidos de Dios, que no permitió que murieran, Enoc, Elías y Moisés que Dios se los llevó “al cielo” en cuerpo y alma. Enoc y Elías no murieron, fueron llevados vivos al cielo. Moisés si murió, pero el ángel Miguel se llevó su cuerpo al cielo y allá fue resucitado. Es que Moisés estaba inscrito en el Libro de la Vida de Dios. La prueba es que Elías y Moisés aparecen vivos en la transfiguración con Jesús.
De hecho, hay dos pasajes en este período, en los que se menciona la vida eterna, una, en el libro de Macabeos y otra en el libro de la Sabiduría. Pero solo se menciona, solo eso.
Macabeos.- En donde la madre y el menor de siete hermanos que serán sacrificados si no reniegan de su Dios. La madre menciona la vida eterna y el muchacho antes de morir, le expresa a su verdugo: “Mis hermanos después de haber sufrido estos tormentos han ido a la vida eterna”
Sabiduría.- Más los justos tendrán vida eterna, y su premio es con el Señor, el Altísimo los cuida.
Y no es si no hasta que llega Jesús el mesías, siendo Dios, que abre la puerta a la eternidad.
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EL NUEVO TESTAMENTO
Los 27 libros restantes integran el nuevo testamento y narran la llegada del MESÍAS, desde el nacimiento de Jesucristo, cumpliendo lo anunciado por los profetas. En tiempo se estima que fueron escritos entre el año 34 y el año 70 d.c.
Llega Jesús en un momento muy difícil para el pueblo Judío, que se encontraba invadido y sojuzgado por los romanos. Pero Jesús no llega como rey guerrero para liberar a Israel, que era lo que esperaban los judíos, les cambia la jugada, si no ahora trae la buena nueva de Dios, la gran noticia, la posibilidad de recuperar la vida eterna, que el hombre perdió por una desobediencia de aquellos que no nacieron, Adán y Eva. Y esto es una evidente injusticia, que todos los descendientes de los primeros padres tengamos que morir por un delito no cometido. Cuando que por derecho y esencia natural nos corresponde la vida eterna. Durante todo el período en modo mortal, en el pueblo de Israel había un dicho que encarnaba está injusticia.- Los padres comieron el agrAZ de las uvas y a los hijos les rechinaron los dientes.
Esto se debía a qué Dios castigaba en los hijos el pecado de los padres, dicho emanado del profeta Isaías. Lo cual nos hace pensar que Adán y Eva comieron el fruto del árbol del bien y el mal, la vid.
Es precisamente por esta razón que al llegar Jesucristo declara con énfasis:
“Yo he venido a traer justicia a la tierra”
Y después de pasar 40 días en ayuno y oración en el desierto, a manera de penitencia, se presenta con Juan quien practicaba un bautismo de arrepentimiento en el río Jordán, para ser bautizado en agua, pero Juan (el testigo) se negaba a bautizarlo:
“Señor, Tú eres quien debe bautizarme a mí”
Pero Jesús lo reprende:
“Déjame ya, bautízame por qué es necesario que se cumpla toda JUSTICIA en la tierra”
Llega pues Jesús a terminar con esta antigua maldición.
Juan se anticipó a preparar la venida del mesías (….es aquella voz que grita en el desierto, “preparad el camino del Señor”), es obvio que él no conocía que el plan de Dios incluía lavar con agua esa culpa, el bautismo es únicamente para lavar ese pecado original, todos los nacidos cargamos con ese pecado, hasta Jesús, por esta razón también Él debía bautizase, para lavar ese delito, nació de
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mujer, tenía que morir. La palabra de Dios hace énfasis en la Ley natural de vida, ser concebido, nacer, crecer, etc.
El ángel Gabriel le anunció a Maria: “El Altísimo te cubrirá con su sombra, concebirás y darás a luz un hijo, a quién pondrás por nombre Jesús”
En el libro de Isaías podemos leer: “Solo se les dará esta señal, “He ahí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo…”
Entiendo que es difícil pensar que Jesús tuviera un pecado, igual que tú y que yo por el simple hecho de nacer, sin haber cometido ese delito. Cargamos con la culpa, pero con el bautismo se nos lava. Así de sencillo. Por esta razón es necesario bautizar a los recién nacidos, ellos no saben que van a morir y menos la causa, pero nosotros sí. Es necesario también en el momento del bautismo ponerle nombre a ese nuevo ser, el progenitor tiene preeminencia sobre el hijo porque es el que le dio la vida y le transmitió su espíritu y le designa también un nombre propio, que lo distingue de los demás hombres.
Siguiendo con este orden de ideas y en la misma tesitura, es entendible saber que Dios Padre no tuvo nombre, porque no tuvo progenitores, Él lo confirma, cuando Moisés frente a la zarza ardiente le pregunta, ¿Cuál es tu nombre Señor? Dios le responde:
“Yo Soy el que soy, El que es.” “ El que era, El que es y El que ha
de venir”
Dios le esta diciendo a Moisés que él no tiene progenitores, que nadie tiene preeminencia sobre Él. Que Él no necesita un nombre que lo distinga de nadie más, porque Él es el único Dios, el Creador, el Principio, no hay otro. Por antonomasia Dios Padre no puede auto designarse un nombre. De esta forma descubre que no tiene nombre y que su nombre será Jesús, el Nombre sobre todo Nombre, se lo revela con el tetragramatón.
“YHWH” Pasado, presente y futuro
El que era, el que es y el que ha de venir.
A Moisés también le señala:
“Yo Soy el dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. a ellos
no les revelé mi nombre”
Nota: A pesar de que Jacob se lo preguntó en su momento.
Cuando Jacob caminaba por el desierto huyendo de la ira de Esau su hermano, una noche le sale al encuentro un hombre que la narración dice ser Dios, y lucha con él toda la noche, ninguno de los dos puede vencer al otro. Al amanecer el hombre al irse, Jacob le pregunta: “¿Cual es tu nombre Señor?”
El hombre solo lo mira y le contesta: “¿Por qué me preguntas mi nombre?”
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Se da la vuelta, y se aleja sin contestarle.
Esto lo menciono para que se aprecie que toda la escritura es un conjunto de cabos sueltos, todo lo escrito es un hilo de este gran tejido que conforma la vida de Jesús.
Así, Dios le indica a María el nombre que ha de poner a su Hijo Unigénito:
“Y le pondrás por nombre Jesús”
Y por extensión Jesús siendo Dios, el nombre de Dios es Jesús, porque hay un solo Dios con un solo nombre, JESÚS. “El Nombre sobre todo Nombre”
Isaías lo profetizó: “A quien llamarán Emmanuel, que quiere decir Dios con nosotros”
Llega pues Jesús, con la gran noticia de parte de Dios, con Él regresa la vida eterna y llega la paz a Israel. Ya no es más el Dios de los ejércitos, ahora en Jesús es el Dios de la paz.
Es que el pueblo de Israel seguía en modo Guerra/vida mortal, pero llega Jesús y les cambia a modo Paz/vida eterna, pero Israel no lo entendió o no quiso creerle.
Apóstoles: “¿Señor, vas ya a restaurar el Reino de Israel?”
Jesús resucitado: “Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Isaías lo expresa de esta forma: “Que hermoso es ver correr sobre los montes, al mensajero que trae la buena nueva de la paz y la salvación”
En una ocasión alguien me decía: - ¿Y yo, de que me tengo que salvar, por que he sido condenado? Pues de que él primer ser vivo en la tierra, tenía vida eterna y la perdió. A partir de qué somos concebidos estamos condenados a morir, dicho en pocas palabras.
Y así comienza Jesús con su misión, declarando:
“Yo soy la resurrección y la vida, todo aquel que cree en mí,
tendrá vida eterna”
“Yo soy el camino, la verdad y la vida”
“En verdad, en verdad os digo que todo aquel que no come mí carne, ni bebé mi sangre, tendrá vida eterna”
“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo para vida del mundo”
Esta es pues la misión de Jesús, Él siendo Dios poseedor de la eternidad viene a salvar al hombre de la muerte, a recoger las almas que crean en su palabra. Viene a traer justicia a la tierra.
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El pueblo de Israel que había caminado con Dios, desde el éxodo en el desierto, guiado por jueces, sacerdotes, profetas y reyes, nunca habían cuestionado el
porqué tenían que morir, simplemente lo aceptaron. Aparecieron hasta entonces dos corrientes de pensamiento, los Saduceos y los Fariseos. Los primeros sostenían que no había resurrección y los segundos sostenían que si había resurrección, se estaban acercando a la verdad, pero no entendieron que por ser hijos de Adán su esencia era la vida eterna y es en este punto de su historia que llega Jesús, proclamando la llegada de la resurrección, y la ley de la vida eterna. Pero el pueblo no lo entendió, no le creyó. La vida eterna no estaba en su horizonte, ellos se decían y se asumían “hijos de Abraham” siendo él mortal. No se decían hijos de Adán, porque pensaban que la historia narrada en el Génesis era una metáfora, una mera forma sencilla de explicar el origen, curiosamente igual que en la actualidad, es un denominador común responder que lo narrado en el Génesis es una metáfora, incluidos los sacerdotes. Pero Jesús se los reprocha diciéndoles:
“…si no creéis en lo que escribió Moisés, ¿como me vais a creer a mí?
Con esto Jesús les está diciendo que la historia de Adán y Eva es real, y que a esto viene Él precisamente, a corregir lo sucedido en el principio, pero no le creyeron, ni antes, ni ahora, ni que él Pentatéuco lo escribió Moisés. Para ellos la historia era a partir de Abraham.
Ni los saduceos ni los fariseos se detuvieron a analizar lo dicho por Jesús. El mismo Nicodemo siendo fariseo, se sorprendió ante la respuesta de Jesús, veamos el diálogo:
NICODEMO: “Rabí, estamos convencidos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque no hay quien pueda hacer estos milagros que tú haces”.
Jesús: “En verdad, en verdad te digo, si no vuelves a nacer no podrás ver el Reino de Dios”
NICODEMO le dijo: ¿Cómo puede ser esto?
Respondió Jesús: “¿Tú eres maestro en Israel y lo ignoras?....en verdad, en verdad te digo que hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio………... Cómo Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es preciso que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea tenga Vida Eterna en Él”
Y Jesús no vuelve a mencionar este tema del nacer; Nicodemo era fariseo, doctor de la ley y miembro del sanedrín, nunca había reflexionado que por culpa de Adán y Eva, que no habían nacido, todos morían.
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Es decir, Jesús le está diciendo que fue concebido y que nació y tiene que morir, por eso necesita volver a nacer, bautizarse en agua, renacer, para lavar esa culpa de muerte, pero Nicodemo no lo entiende, porque no tomaban en cuenta a Adán, solo a Abraham y a Moisés y querían seguir siendo el gran pueblo que Dios prometió a Abraham. Si desde un principio se hubiera analizado la historia de Adán, se hubiera llegado a la conclusión, que si Adán no había sido concebido y no había nacido, pues no iba a morir. De origen su vida era eterna. Por esto Jesús se lo reprocha, “eres maestro y no sabes de estás cosas”. Dios mismo les señaló el camino, la verdad: “He ahí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo”, “María, concebirás y darás a luz un hijo..”. Dios ha sido muy claro, Adán no había nacido, luego entonces no iba a morir. Y somos sus descendientes, tenemos la esencia de la eternidad. Pero Jesús no se detiene a explicarle la Verdad con palitos y bolitas a Nicodemo.
Todo esto, a pesar que Dios a través del antiguo testamento les mando señales sobre el origen de Adán. En ocasiones los profetas se referían a Adán como “Aquel que no nació”.
Esta es pues la verdad, la razón de que Jesús siendo Dios, también tenga que morir, había nacido.
Pero la muerte de Jesús no es en vano, su muerte y su resurrección tienen tres fines.
El primero: Al presentarse Jesús como el Dios de la Paz y la Salvación, se origina una incongruencia al predicar la misericordia y no sacrificio. Sí Él fue el Dios de los Ejércitos, quien comandó guerras y muertes a favor del pueblo de Israel, ¿Quién pagará por todas esas muertes que se dieron cuando la humanidad estaba en modo Guerra/vida mortal. Es el mismo Jesús Dios quien se ofrece como holocausto para pagar con su vida toda esa sangre derramada. Aquí me atrevo a señalar que Jesús Dios no murió por nuestros pecados; en justicia, nadie puede morir por un pecado no cometido y además pecados que se cometerían cientos o miles de años después. No, ahora que la humanidad está en modo Paz/Vida Eterna, cada individuo es responsable de sus actos.
El segundo: Jesús siendo Dios se presenta como el esposo legal de Israel y llega a darle la oportunidad de convertirse a Él, pero la esposa en lugar de recibirlo lo desconoce y lo crucifica, convirtiéndose en auto viuda. “Me acuerdo de tu afecto cuando eras joven, de tu amor cuando nos desposamos, recuerdo cómo me seguías en el desierto, en aquella tierra que no se siembra” (Jeremías 2).
Cuando los discípulos del bautista lo cuestionan “Aquel a quién señalaste, lo vimos en el jordán bautizando en compañía de sus discípulos” Juan les da el
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siguiente testimonio: “El esposo es el que posee a la esposa, pero el amigo del esposo se contenta solo con escuchar la voz del esposo; es necesario que yo venga a menos, para que él crezca”
Jesus siendo Dios se encontraba pues desposado con Israel, pero al ser desconocido por la esposa y crucificado de muerte, queda libre de ese matrimonio y puede ya entonces desposarse con su nueva novia en la persona de Pedro. “ Han llegado las bodas del Cordero, a la novia se le concedió vestirse de Lino Fino y ese Lino Fino son las virtudes de los santos”.
Jesus Dios cumpliendo su promesa eterna hecha a Israel, no le dio libelo de repudio, fue necesario que la propia esposa le quitara la Vida, dejándolo libre de ese matrimonio. “Hasta que la muerte nos separe”.
El tercero: Ya resucitado, su cuerpo se convierte en alimento de vida eterna para el hombre. De antemano Él sabía que para acabar con la muerte, el mismo tenía que morir y resucitar.
“Nadie me quita la vida, yo la entrego porque yo quiero. Y la
vuelvo a tomar porque yo quiero”
Aquí Jesús les está diciendo que él tiene el poder de volver a tomar la vida. Siendo verdadero Dios y verdadero hombre, su cuerpo murió pero su espíritu no. Recordemos que “Dios es Espíritu y vida” palabras del propio Jesús. El Espíritu Santo tiene vida eterna.
Y Jesús insiste en proclamar la vida eterna, que es su misión. Recordemos que ya resucitado primero sube al cielo y luego vuelve a bajar a la tierra ya glorificado.
“Yo Soy el pan de vida bajado del cielo, mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mí sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día”
A María Magdalena le señaló:
“No me toques, que aún no he subido a mi Padre”
“Tomad y comed porque está es mi carne, tomad y bebed porque
esta es mi sangre, sangre de la última alianza”
Recordemos que la muerte entró en Adán por comer un fruto prohibido, la vida eterna entrará en el hombre por comer alimento de eternidad. Seguimos comiendo alimentos perecederos, orgánicos.
En favor de la verdad que encierran estas palabras de Jesús al respecto de que Él es alimento de vida eterna. Menciono un juicio sintético a priori que él mismo Jesús nos da en unas palabras dictadas a María Baltorta en una hora santa:
“Todo lo que tiene vida debe alimentarse para no morir y debe
alimentarse de lo que es su esencia” (jsa)
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Palabras de Jesús que asegura que no existe nada que tenga vida, que no deba alimentarse para no morir. Y la esencia es importantísima, ese alimento debe ser de la misma esencia.
Pondré un ejemplo: Sí el motor de un automóvil está diseñado para funcionar a gasolina y queremos que funcione con otro combustible, no va a funcionar nunca. Su esencia es la gasolina.
Esto quiere decir, que nuestra vida está diseñada para la eternidad y si queremos recobrarla, tenemos que alimentarnos de eternidad. Por esta razón Jesús nos insiste.
Somos hijos de Adán y Eva, aquellos que no nacieron, nuestra esencia es la de ellos, la eternidad, Dios les infundió su esencia, la eternidad, el Espíritu pensante, la vida. Están creados a imagen y semejanza de Dios.
“Yo les aseguro que él que no come mi carne, ni bebe mi sangre,
tendrá parte conmigo”
Aquí podemos observar que Jesús no habla por hablar, habla con conocimiento de causa. Y es que él no vino a explicar la verdad con palitos y bolitas. Si lo hubiera hecho, ¿le hubieran creído? Si no creían en lo que escribió Moisés, para ellos repito, su esencia era a partir de Abraham.
A Pilato se lo dijo Jesús:
“Tú lo haz dicho, para esto nací y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad, todo aquel que es de parte de la verdad, escucha mi voz”.
Pilato solo atinó a decir: ¿qué es la verdad?, luego hizo mutis.
La verdad se encontraba en creer en el origen de Adán, que por no haber sido concebido y no haber nacido…….no iba a morir.
Igual que los judíos, les habló de la verdad, pero no le creyeron
“Sus antepasados comieron el maná que les envió Dios desde el cielo, y sin embargo murieron”, les insistió Jesús.
“Yo soy el verdadero pan bajado del cielo, el que come mi
carne y bebe mí sangre tiene vida eterna”
Hay quien piensa que comer y beber la carne y la sangre de Jesús es una metáfora o un simbolismo, están equivocados. Recordemos el pasaje de la última cena en donde Jesús declara, su última y eterna alianza de sangre, después de transformar el pan y el vino en su carne y en su sangre y los da a comer y a beber a sus discípulos:
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“Tomad y comed, tomad y bebed, porque está es mi carne y mi sangre….haced esto en memoria mía”
Es decir: “aliméntense de vida eterna”.
No olvidemos que en el principio, en el centro del paraíso, Dios puso también un árbol que daba el fruto de vida eterna, del cual si podían comer. Excepto del árbol del fruto del bien y el mal, “Por que seguramente morirán”
Pero está vida eterna esta condicionada, Jesús pone sus reglas: “Señor, ¿Qué hago para alcanzar la vida eterna? Le preguntó en una ocasión un joven rico. Jesús le contestó:
“Cumple con los mandamientos”
El joven le respondió: “Señor, siempre los he cumplido”
Jesús le añadió:
“Te falta una sola cosa, ve y vende todo lo que posees y regala
el producto a los pobres y luego vienes y me sigues”
El joven se alejó pues era un hombre muy rico.
¿Qué le estaba pidiendo Jesús al joven rico? nada más que se volviera pobre y lo siguiera y tendría vida eterna. Siempre había cumplido los mandamientos, solo le faltaba una cosa, la pobreza. Esta es precisamente la gran ventaja de los pobres, no tienen de que deshacerse, solo cumplir los mandamientos.
Bien, Jesús continúa con sus mensajes de salvación y haciendo sanaciones milagrosas, insistiendo casi con vehemencia como recuperar la vida eterna.
En este sentido el primer milagro en las bodas de Caná de Galilea, es crucial para comenzar su ministerio, con la participación forzada de María su madre:
La historia es la siguiente:
“Estando Jesús con su madre y sus discípulos, invitados a una boda en el pueblo de Caná de Galilea, sucedió que al novio se le terminó el vino para festejar que ofrecían a los invitados y los criados fueron a informarle a María:
“Ya se les terminó el vino”
Ella se acerca a Jesús y le dice:
“Hijo, se les terminó el vino”
Jesús le responde:
“¿A mí qué mujer? Aún no ha llegado mi hora”
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A pesar de esa respuesta negativa, María la ignora y le dice a los criados:
“Haced lo que él os dijere”
Jesús no queriendo desdecir y desobedecer a su madre en público y en contra de su voluntad, realiza el primer milagro con sus discípulos como testigos, les ordena a los criados:
“Llenad esa hidras con agua”
Y pronunciando en silencio una bendición, convierte el agua en vino fino y les ordena a los criados:
“Ahora presentad este vino al mayordomo de la fiesta”
Y el mayordomo al no saber la procedencia del vino, llamando al novio le dice:
“Todo hombre ofrece el vino fino al principio de la fiesta y cuando los invitados ya están ebrios, saca el vino corriente, pero tú haz hecho al contrario, haz dejado el vino fino para el final de la fiesta”
Bien, para no entrar en largas explicaciones, aquí se da un doble discurso. La fiesta es la vida de la humanidad, el vino corriente es la vida mortal, el vino fino es la vida eterna. Llega Jesús al final de los tiempos y ofrece la vida eterna. De la misma forma en este diálogo el novio representa a Jesús que es quien ofrece el vino fino, la vida eterna. Y la novia es su nueva Iglesia que será encargada en su momento a Pedro.
“Ya se celebran las bodas del Cordero y a la novia se le concedió vestirse de lino fino, y ese lino fino son las virtudes de los santos” Ap.
Con las palabras del mayordomo, se marca el comienzo del ministerio de Jesús, la llegada de la vida eterna. Marcando el comienzo de la plenitud de los tiempos, señalado por el propio Jesús.
Jesús comienza pues su misión, predicando su mensaje, haciendo saber al pueblo cuál es la última voluntad de Dios y acompañando su palabra con la realización de mi!agros, sanando enfermos, resucitando muertos, etc.
En donde el principal objetivo es difundir la buena nueva, la posibilidad de recuperar la vida eterna, que perdieron los primeros seres humanos, aquellos que “no nacieron”.
“Por que yo no he hablado de mi propia autoridad. el padre quien me ha envíado, me ha prescrito que he de decir y predicar, y yo sé que su mandamiento es vida eterna” (Juan 12, 49-50)
“Por que tanto amó dios al mundo, que le dio a su hijo único, no para que se condenara, sino para que por Él se salvara y tuviera vida eterna”
“yo soy el pan bajado del cielo, para dar vida en abundancia”
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“Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida, todo aquel que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré el ultimo día”
“yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí aunque este muerto, vivirá”
Pero Jesús necesitaba proclamar todo su mensaje, realizando milagros para que vieran su poder y le creyeran, porque él no vino a explicar la verdad con peras y manzanas. No vino a explicar la verdad con razonamientos lógicos.
En una ocasión Pedro le diría, “Señor, ¿A quien iremos? Solo tú tienes palabras de vida eterna”
¿Por qué milagros? La doctrina cristiana es celestial, viene del cielo. Jesús viene del cielo, nos trae el Reino de Dios y en este Reino en el que Jesús es el Rey, los milagros son naturales, de manera que si vivimos en este Reino, nos movemos entre milagros, de tal forma que si no los hay, no estamos dentro del Reino de Dios.
Bien, creo que no es necesario insistir más en que la misión de Jesús es restituirnos la vida eterna; pero en todo este devenir de sucesos, fue necesario que Dios enviara PREDESTINADOS para que su voluntad se cumpliera a cabalidad. Ahora ya no hay predestinados, ya no son necesarios, la escritura ya se cumplió. Y a partir de la llegada de Jesus, hay dos castigos que marcan la incredulidad del hombre; la muerte y el infierno. Al respecto me limitaré a mencionar que según lo narrado en el Apocalípsis, último libro de la Biblia, se puntualiza que tendrán un final estos dos castigos; serán arrojados al lago de fuego que es la segunda muerte, donde desaparecerán.
“Tambien el mar entregó sus muertos y la muerte y
el infierno los suyos; y cada cual fue juzgado conforme
a sus obras. La muerte y el infierno fueron precipitados
al lago de fuego. Este lago de fuego es la segunda muerte,
todo aquel que no se hallaba registrado en el Libro de la Vida
era arrojado a aquel lago de fuego.”
Y para terminar está historia, en el último párrafo del libro del Apocalípsis, también encontramos a Jesús:
“……..después me mostró el manantial del agua de la vida tan claro como el cristal, el cual brotaba del trono de Dios y del Cordero en medio de la plaza. A uno y a otro lado del manantial hay un árbol de la vida que produce doce frutos, doce frutos cada mes…………..” “………el Espíritu y la Esposa dicen: ‘Ven’, El que oiga, diga: ‘Ven’. El que tenga sed venga. El que quiera, tome de balde agua de la vida” (San Juan)
En este punto conviene recordar el diálogo de Jesús con la mujer samaritana en el pozo de Jacob, en donde le habla del agua viva:
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“Si tu conocieras el don de dios y al que te ha dicho: dame de beber’, tú le pedirías y él te daría una agua viva”
El último paso de la vida eterna es vivirla en espíritu, en el cielo con Dios Padre.
“No trabajen por el pan que se acaba, trabajen por el pan de la
de la vida eterna” “La carne de nada sirve el Espíritu es lo que da vida”
Respecto del conjunto de profecías contenidas en el antiguo testamento, Jesús no podía dejar pasar por alto este detalle, haciendo dos declaraciones al respecto.
“No piensen que yo he venido a abrogar la ley y los profetas, he venido a darles cumplimiento”
Y Jesús ya resucitado remata con esta sentencia:
“Era necesario que se cumpliera todo lo que está escrito sobre mí, en
la ley, los profetas y los salmos”
Esta segunda declaración se la hizo a los caminantes de Emaús, después que ya resucitado se les apareció en el camino y no lo reconocieron. Les explicó una a una las profecías que hablaban de Él. Es decir, los libros del antiguo testamento son proféticos, cada uno contiene uno o varios cabos sueltos que hablan de su vida y al final Jesús no deja cabos sueltos, todos se cumplieron en Él y la vida eterna. Claro que Jesús dijo he hizo muchas otras cosas más, pero todo gira en torno a la eternidad, su prioridad.
Está es pues la Historia escrita de la Vida Eterna, narrada en la Biblia judeocristiana. Contenida en 73 libros escritos a lo largo de varios miles de años, por autores que no se conocieron entre sí.
Hasta donde conozco no existe a la fecha otra historia parecida o semejante.
EPÍLOGO
El Rompecabezas Divino
Dios Padre, decidió que la Historia de la Salvación se fuera escribiendo como un Rompecabezas, pero a la inversa. Es decir, un rompecabezas tradicional se comienza con la imagen completa y posteriormente se secciona en decenas o centenas de piezas , que solas por si mismas no nos dicen nada. Con solo dos o tres piezas en la mano nunca podríamos concluir la imagen terminada. Y esto fue lo que hizo Dios Creador, fue creando pieza por pieza distribuidas en los escritos que fueron elaborando los autores a lo largo de todo el antiguo testamento, es evidente que ellos no conocían la imagen ya terminada. Los maestros de la Ley se percataron de este plan y se dedicaron a escudriñar la Ley, los Profetas y los Salmos y solo pudieron concluir algunos detalles, “la
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llegada de un mesías salvador”, “que nacería en Belén de Judá”, “que sería de
la estirpe del Rey David”, “que vendría a salvarlos del yugo de los romanos”. No podían descubrir más, muchas piezas sueltas, era imposible que imaginaran el rompecabezas armado y su falla fue que siempre se asumieron como “hijos de Abraham y pasaron por alto que también ellos eran hijos de Adán, quien fue creado eterno, que no había nacido. Por esta razón es que cuando Jesús resucitado se aparece a los caminantes de Emaús, les explica uno a uno todos los pasajes de la escritura, la Ley, los Profetas y los Salmos que hablaban de Él, armándoles el Rompecabezas divino y les señala: “Era necesario que se cumpliera todo lo que estaba escrito sobre Mí, en la Ley, los Profetas y los salmos”. Mostrándoles así, el Rompecabezas terminado. Un verdadero milagro que todas las piezas hubiesen coincidido perfectamente. Todas las piezas unidas, conformando la Palabra y los Hechos de la Vida de Jesús. Ellos convivieron con Jesús, fueron testigos oculares de los hechos, vieron personalmente como se fue armando el Rompecabezas. Dicho de otra forma: La Historia de la Vida de Jesús, es la Historia de la Vida Eterna, el cumplimiento a plenitud de la escritura. Los predestinados fueron una pieza clave para el armado completo del Rompecabezas.
De manera que cualquier otra profesía referente al pueblo de Israel quedó nulificada, su error fue el rechazo a la Vida Eterna.
Y es que cuando expresamos, ‘Vida Eterna’, estamos hablando de la Verdad absoluta, del pasado, presente y futuro, es decir, la que Era, la que Es y la que Será. La que siempre Es. No tiene principio, Es y seguirá siendo y no tendrá fin. Se lo aclaró a Moisés: <<Yo Soy el que Soy, Él que Es>>.
Esta es la Verdad a qué se refiere Jesús en Apocalípsis, <<Yo Soy el Alfa y la Omega -dice el Señor Dios- el que Es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso>>. ‘Yo, Juan, hermano de ustedes y compañero en el sufrimiento, en el reino y en la perseverancia que tenemos en Jesús, estaba en la isla de Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús’.
En la Ley está el pasado, en los profetas el futuro y en los salmos el presente.
“Era necesario que se cumpliera todo lo que estaba escrito sobre Mí, en la ley, los profetas y los salmos”
“yo soy la resurrección, la Verdad y la Vida”
“LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ”
Comentarios dirigirse a: voluntadp@hotmail.com
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